Cada día somos más responsables y precavidos a la hora de hacer la compra. Buscamos como un tesoro las etiquetas “eco”, “bio” y “natural” en los estantes del súper, conscientes de que es necesario terminar con la invasión de productos químicos que amenaza nuestra salud también en casa.
Las grandes marcas lo saben, y tratan de ofrecer productos cada vez menos agresivos para nuestro organismo. Poco a poco, los parabenos*, los colorantes o los aluminios van desapareciendo de las etiquetas por la fuerza de esta tendencia, pero aún queda mucho hasta que utilicemos productos totalmente seguros en nuestro entorno doméstico.
Los parabenos son los conservantes químicos cosméticos y farmacéuticos más usados en todo el mundo debido a su bajísimo precio, por su función fungicida y bactericida para alargar la vida útil de estos productos.
Se encuentran en el 80% de los productos de belleza e higiene personal del mercado. Aunque están aprobados oficialmente por las autoridades sanitarias, considerados sustancias de baja toxicidad, un estudio oncológico de la Universidad de Reading (Edimburgo) halló parabenos en el 90% de las biopsias de mujeres con cáncer de mama. En relación a esto, se sospecha que puedan alterar el equilibrio hormonal del organismo.
Desde hoy, tú puedes dar un gran paso por tu tranquilidad y la de los tuyos si adoptas desde hoy mismo estas medidas naturales que, además, te ayudarán a ahorrar mucho dinero y a mejorar la salubridad de tu hogar.
- Crea tu propio limpiador natural, potente y low cost
Combina 4 cucharadas de bicarbonato de sodio en un vaso de agua caliente, remueve bien la mezcla dentro de un vaporizador y rocíalo en cualquier superficie que desees liberar de suciedad. Especialmente indicado para limpiar repisas, accesorios de cocina, el interior del frigorífico y el horno.
- Adiós a las zapatillas olorosas
¡Bicarbonato de socio de nuevo! Espolvoréalo dentro de tu calzado deportivo para evitar la proliferación de bacterias y del mal olor que desprenden al alimentarse de tu sudor. Haz lo propio también en el interior de tu bolsa del gimnasio. Para volver a usar cualquier objeto, solo tienes que expulsar antes el bicarbonato con unos golpecitos.
- Elimina las manchas de colores de la madera
Cuando los niños de la casa liberan su creatividad, a veces se salen. Literalmente. En esos casos, aplica pasta de dientes y frota con un paño o papel sobre la zona manchada de la madera y verás como ese Guernica improvisado pierde todo su dramatismo.
- Elimina dibujos de las paredes
De nuevo, los peques. Y de nuevo, el bicarbonato de sodio. Moja una esponja con una mezcla de este y agua caliente, y pásala suavemente por la zona perjudicada para eliminar cualquier rastro de graffiti infantil.
- Malos olores en basura o tuberías
Otro aliado que nunca debe faltar en tu casa son los limones. Cómpralos en cantidades industriales, pues esta fruta tan barata es de lo mejor que existe para tu salud tanto ingerida como por sus funciones antisépticas y odorizantes.
Puedes hacer zumo de un limón y combinarlo con un vaso caliente de agua para rociarlo en zonas que desprendan malos olores, como cubos de basura y fregaderos.
- Descoloniza de bacterias tus peines y cepillos del pelo
¿Sabías que a lo largo del tiempo acumulan una cantidad peligrosa de bacterias y ácaros hambrientos de tus restos orgánicos? Es necesario retirar todos los pelos y limpiarlos periódicamente con una mezcla espumosa de jabón lavavajillas y agua caliente, y después secarlos a conciencia para eliminar todo resto de humedad.
- Combate los malos olores de las mascotas
Nuestros animales son esos miembros peludos de la familia que, en ocasiones, dejan un rastro oloroso poco agradable.
Para prevenirlo, espolvorea periódicamente bicarbonato de sodio por las superficies que frecuenten —especialmente su camita o el sofá— y deja actuar durante al menos 15 minutos, para después aspirarlo con mimo.
- Fregaderos y tuberías lentas
Cuando notes que ya no tragan agua como antes, sospecha: una rebelión en forma de atasco se está gestando más allá de donde alcanza tu vista.
Para eliminarla, vierte medio vaso de bicarbonato de sodio por el desagüe, y después vierte otro medio vaso de vinagre. Tapa el orificio con un trapo húmedo para que el efecto de la mezcla se concentre, y déjalo trabajar durante cinco minutos. Después, vierte una buena cantidad de agua hirviendo para que retire los restos del naufragio.
Repite dos o tres veces si es necesario, y trata de evitar siempre los productos agresivos de limpieza de tuberías, altamente contaminantes y corrosivos.
- Toallas suaves de nuevo
Si tus toallas están duras y ásperas es probablemente debido a un agua dura o calcárea (con alto nivel de minerales, sobre todo calcio y magnesio). Para devolver la suavidad a estos tejidos, lava con agua muy caliente y solamente una taza de amoniaco. Nada más. Y nada menos. Sentirás los resultados.
- Tablas de cortar limpias y seguras
Si pensabas que la taza de tu WC era el lugar que más acumula gérmenes de toda tu casa, te equivocabas a lo grande. Tu estropajo de lavar vajilla y tu tabla de cortar tienen ese dudoso honor, combinado con el hecho de que son dos puntos en contacto constante con tus alimentos y utensilios de comida. ¡Poca broma con esto!
Para eliminar gérmenes de tu tabla de cortar —y, con ellos, malos olores— frota sobre ella un limón cortado a la mitad de forma enérgica cada poco tiempo.
- Ventanas, cristales y espejos brillantes
Los limpiacristales del supermercado contienen productos nocivos para el aire que respiras. Sin embargo, dos cucharadas de vinagre blanco en un gran vaso de agua caliente formarán una mezcla poderosa para dejarlos limpios y sin marcas, siempre y cuando los limpies y seques con un paño de microfibra (y no papel, que puede dejar rastros minúsculos).
- Un ambientador natural y efectivo
Si quieres presumir de una fragancia limpia, natural y respetuosa con nuestra salud en casa, que además te sirva para rociar superficies que desees limpiar, mezcla en un vaporizador agua con un chorrito de vinagre, e infusiónalo con un complemento aromático a tu gusto, como la salvia o la cáscara de cítricos.
- Y para terminar… ¡Kétchup para devolver el brillo al cobre!
Como lo lees: frotar un poco de kétchup con un paño servirá para restablecer el esplendor de tus accesorios de cocina de cobre alicaídos.